Lacunza el nuevo ministro: cambian de collar, el perro es el mismo
Manotazo de ahogado de Macri y Vidal
Foto: Lacunza (izquierda) ante el desafío de administrar el derrumbe
Caído, desorientado y de confirmarse la denuncia de Martín Redrado -que el presidente Mauricio Macri habría provocado la devaluación y la profundización de la crisis a modo de castigar a los que votaron en su contra-desquiciado, la designación de Hernán Lacunza al frente del ministerio de Hacienda intentará otorgarle a Mauricio Macri una bocanada de oxígeno en medio del incendio al que llevó el país el modelo Cambiemos. Por lo pronto, quien fuera hasta ayer fuera ministro de Economía de Vidal, en horas más, se estará reuniendo con el presidente Macri en la quinta familiar donde suele descansar el primer mandatario.
Hernán Lacunza, quien asumirá formalmente su cargo mañana, en reemplazo de Nicolás Dujovne tendrá un complejo desafío. El primero si existe la convicción de cambiar, por parte del presidente, un modelo (neoliberalismo) que llevo al país a una profunda recesión, espiral inflacionaria y altos índices de pobreza y desocupación. Un modelo basado en la apertura indiscriminada de importaciones, desregulación total del mercado de capitales, quita de estímulos a las economías regionales, desfinaciación en educación, ciencia y salud, timba financiera y sobre todo, sobreendeudamiento que no fueron a inversiones reales. En definitiva un modelo pensado para pocos millones de personas. Tal vez esta sea una de las causas de la grosera derrota, tanto de Macri como de Vidal.
Lacunza llega al ministerio tras recibir el guiño de Vidal. Una gobernadora que, al igual que el presidente, es parte del mismo modelo que durante todos estos años se basó en falsos relatos al solo efecto de mostrar resultados que no eran ciertos. Los bolsillos, el cierre de industrias, y comercios, hablan por sí sólo.
Es evidente que la llegada del nuevo ministro, actúa como manotazo de ahogado. Cambian de collar, pero el perro (modelo) sigue siendo el mismo de siempre; ese que se revuelca en la grasa de un taller polvoriento
