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Escándalo: acusan a Macri de utilizar a los chicos para hacer campaña partidaria


Durante los festejos de carnaval regaló libritos con su imagen

No fue error. Muy por el contrario, es una práctica extendida al denominado populismo de derecha -donde abreva el macrismo- que retrotrae a épocas nefastas de la historia internacional en que las figuras de dirigentes políticos de dudosa calidad institucional y democrática eran impuestas a los niños mediante campañas publicitarias encubiertas, subliminales o escudadas detrás de cuestiones “culturales”. Precisamente esto es lo que se pudo ver (así lo denunciaron padres) durante los festejos de carnaval en el Paseo de la Costa de Vicente López. El municipio local repartió libritos para pintar donde figuraba el rostro, el nombre y el apellido del intendente Jorge Macri. “Este se parece a Mussolini, se cree que los padres somos tontos o ingenuos, no se puede utilizar a los pibes con campañas de este tipo y usando al Estado y nuestra plata”, comentaba Andrea de Rossi mientras mostraba la ilustración impresa desde el municipio.

No es ningún secreto la devoción manifiesta que tiene Jorge Macri por hacer culto a su personalidad, utilizando, obviamente, los recursos que le brinda el estado municipal. Allí done nada lo exige, el jefe comunal estampa su sello, tal cual recomienda el manual de procedimientos del PRO diseñado por el publicista Durán Barba. Tal cual revelara de manera exclusiva este medio, la primera muestra de que lo de Macri es coherencia pura la dio al comienzo del ciclo lectivo del 2012. En aquella oportunidad, en un acto de jura de la bandera en el Paseo de la Costa, regaló bufandas -celestes y blancas- a los pequeños e indefensos alumnos, con el logo “Vivamos Vicente López, Intendente Jorge Macri”. Luego vinieron los mazos de cartas (muy buenas por cierto, mejor que las ofrecidas por Scioli durante la campaña 2015) que repartió en las colonias municipales, obvio, también con su sello personal. En realidad, el primer paso que emprendió el actual jefe comunal, demostrado el valor republicano que le da a la institucionalidad, fue suprimir el escudo oficial del municipio para reemplazarlo por otro creado a su criterio. La embestida mereció la reacción de varios sectores políticos y de Centros Históricos y Culturales, por caso el que presidía la historiadora Cristina Mirabelli. Son millones y millones de pesos que, en este caso, destina el intendente para vender su marca a lo largo y ancho de la provincia. Lo viene de realizar en la costa, mediante una campaña de zoonosis cuando todo indica que era la pantalla para cubrir otra intención: utilizar fondos municipales para sostener su campaña como candidato a senador macrista. Cuestión que mereció duras críticas de concejales opositores (Frente Renovador, GEN y FpV) y un pedido de informes ante el presidente del HCD, el ultramacrista Carlos Sandá, que todavía no fue respondido. Como tampoco respondió Sandá el controvertido contrato solicitando una encuesta que nadie logró ver y analizar. Hace un año que Lo Nuestro lo viene pidiendo de manera infructuosa. Sin embargo, el municipio pagó poco más de $50.000 por un trabajo del que no existe registro del mismo. El pago, que todo indica habría sido destinado para financiar política partidaria y bolsillos personales, recayó en manos de un prestanombre (Tremoulett, vecino de San Fernando). Detrás de la factura subyacen las manos de periodistas y ex funcionarios municipales (ampliar datos exclusivos en nuestra web: www.diariolonuestro.com.ar).

En cuanto al librito repartido en la costa, la mayoría de la gente consultada se mostró sorprendida y molesta ya que, con dinero municipal, el intendente hace campaña política utilizando a los chicos. En la grilla de las críticas se anotaron algunos concejales. Entre ellos dos del PRO que, al momento de ser consultados (por temor a represalias y ante las elecciones que se avecinan pidieron la reserva del caso), coincidieron en que “es innecesario y contraproducente este tipo de campaña, más aún cuando hay chicos de por medio”. “En el país de la fantasía de la familia Macri, Jorge en Vicente López, tiene su propio libro de cuentos. ¿No era que no se hacía política con los chicos?”, se preguntaba la concejal Sofia Vanelli (FR) al momento de tomar conocimiento de los hechos.

“Nos parece necesario discutir públicamente el uso abusivo que se hace desde el estado municipal, para hacer de cada actividad un acto proselitista. El librito para los chicos es parte de la más vieja política que decían venían a cambiar. Cambiemos, decían en campaña”, señaló la concejal y apoderada nacional del Frente Renovador. Y en tren de marcar las contradicciones del actual jefe comunal, la joven y activa concejal recordó que hay un Decreto municipal que “restringe toda actividad partidaria en el Vial Costero, y ellos incumplen con su propia legislación, al hacer proselitismo disfrazado de actividad de gobierno. Y en un lugar donde su propia normativa no se lo permite”. Por su parte, el profesor (de historia) Joaquín Noya, concejal del Frente Peronista para la Victoria, aseguró ante este medio que “el despropósito del intendente me hace recordar la nefasta gobernación de Carlos Ruckauf cuando entregaba zapatillas con su nombre impreso. Nada, pero nada hace necesario que se utilicen los recursos municipales para hacer política partidaria y mucho menos utilizando a los chicos y birlando la buena fe de los padres que en este caso asistieron a un festival”, amplió el concejal que, coincidiendo con su par del FR, señaló, no sin ironía, que “Jorge Macri seguramente muy preocupado por los despidos y cierres de comercios también en nuestro distrito, olvidó que hay un Decreto que limita las campañas partidarias; así es el mundo de la familia Macri, contradictorio y perverso”.

Desde el municipio optaron por el silencio, aún cuando Lo Nuestro intentó recabar una explicación oficial.


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